Infinidad de películas han buscado que el público sienta empatía por personajes complejos e incomprendidos, ahí están un sinfín de filmes slasher que intentan convencernos que los asesinos y sus traumas de la niñez justifican las encarnizadas muertes que propician.
Let Me In logra que el espectador cree un vínculo con Abby, una niña de 12 años que ha vivido más de dos siglos con la necesidad de sangre. “¿Eres un vampiro?”, pregunta Owen, el niño que pronto conocerá sobre el significado de la lealtad. “Sólo sé que necesito sangre para vivir”, responde Abby.
Deben sacar de su mente los prejuicios que proyectos como Twilight y Vampire’s Dairies han creado, estamos frente a algo similar a lo que True Blood ha logrado en TV, sólo que sin la categoría rated de HBO, ese es el principal mérito de Let Me In, hace de una “historia sobre vampiros” un filme entrañable.
El tema del bullying también es retratado con completa autenticidad; es en este punto donde merece destacarse el trabajo actoral de los muy jóvenes Kodi Smit-McPhee y Chloë Grace Moretz, quienes en realidad llevan todo el peso de la cinta.
Después de Kick-Ass y 500 Days of Summer, Grace Moretz en realidad ya parece una actriz consumada que igual es una consejera de vida, una heroína de acción y alguien que “necesita sangre para vivir”.
Cinefilia: 8
IMDb: 7.3
Cinefilia: 8
IMDb: 7.3
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